Un tango con Hacienda.

Tres ¿jóvenes?, un sueño compartido. La pasión de emprender se enciende y nos lanzamos al emocionante pero intrincado mundo empresarial en España. En la euforia del comienzo, parecía que nada podría frenarnos, pero pronto nos dimos cuenta de que tendríamos que aprender a bailar con un compañero insospechado: la burocracia española.

A las 8 de la mañana, nos encontramos en nuestra pequeña oficina compartida, rodeados de tazas de café y con las pantallas de nuestras laptops iluminando la habitación. El día comienza revisando correos electrónicos llenos de términos legales y fiscales que son tan comprensibles para nosotros como un jeroglífico egipcio.

La burocracia se convierte en nuestro instructor silencioso. Cada día es un nuevo paso de baile que debemos aprender. Papeleo, facturas, impuestos, regulaciones… nuestro sueño de independencia empresarial rápidamente se mezcla con la realidad de ser autónomos en un país conocido por su maraña de trámites.

A medio día, reunidos tratando los temas fiscales que nos atañen. Escuchamos con atención, tratando de entender las implicaciones de cada ley, cada normativa que afecta nuestra pequeña empresa. Los términos como IVA, IRPF, modelo 303, 390, se vuelven parte de nuestro vocabulario habitual.

Después de la reunión, es hora de buscar nuevos clientes y oportunidades de negocio. Pero incluso aquí, la burocracia nos sigue. Las propuestas, los contratos, todo debe ser revisado meticulosamente para asegurarnos de cumplir con las normativas legales.

En la noche, mientras el resto de nuestros amigos están relajándose, nosotros estamos aún encendiendo las luces de nuestra oficina. Es otro día largo, lleno de desafíos y contratiempos que solo la burocracia española puede ofrecer.

Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, no cambiaríamos esta experiencia por nada. Sí, la burocracia es desafiante, pero también es un maestro implacable. Nos ha enseñado a ser más precisos, más meticulosos y más resilientes.

Bailar con la burocracia puede ser complicado, pero también nos ha llevado a apreciar cada pequeña victoria. Cada obstáculo superado, cada formulario completado, cada trámite exitoso es un paso más hacia nuestro sueño. Y aunque este baile es agotador, también es excitante, desafiante y, al final del día, increíblemente gratificante.

Nuestra aventura como ~~jóvenes~~ empresarios en España es como un tango con la burocracia. Nos pisamos los pies, nos tropezamos y a veces, la melodía parece demasiado complicada. Pero siempre nos levantamos y seguimos bailando, porque esta es la danza que elegimos y no importa cuántos pasos debamos aprender, no vamos a abandonar la pista.